La que crece en la adversidad, es la mas rara y hermosa de todas.

martes, 21 de diciembre de 2010

      Apenas él decía su nombre, a ella se le aceleraba el corazón y caía en un estado de sueños, en paraísos sublimes, en nubes de amor. Cada vez que él se acercaba a saludarla, ella se enredaba con sus palabras al tratar de responder y sus mejillas sonrojadas le traicionaban, sintiendo cómo poco a poco sus labios se extendían en una sonrisa y sus hoyuelos se marcaban, hasta quedar con sus ojos brillando y una mágica felicidad que sólo podía darse por la cercanía que él había decidido hacer.
      Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento ella lograba saludarlo sin trabarse, consiguiendo que él le sonriera de vuelta y no era sólo su imaginación. Apenas se encontraban, de pronto en el parque, sus ojos recorrían la figura del otro, con ternura y amor, de arriba hacia abajo, admirando a su ser amado en una burbuja de sueños. ¡Así es! ¡Así es! Ahora estaban juntos, se sentía su amor cuando pasaban por un lugar. Temblaba cupido al ver su creación, y todo lo que una vez era timidez, sonrisas y sonrojos pasaba a ser una firme relación, de aquellas que se sienten en todo momento hasta el límite de la cordura.

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